Conoce al chico de 15 años que ha detectado un nuevo orden cósmico
El joven que firma la investigación de portada de la revista ‘Nature’ estudia en una escuela pública francesa
GALAXIAS COMO MIGAJAS
Durante semanas, Neil puso a punto un programa en el que metieron los datos de 27 galaxias enanas que rodean a la gigante Andrómeda. Y, un buen día, el adolescente se dio cuenta de que algunas de ellas formaban un disco extremadamente aplanado que giraba en torno a su hermana mayor. Se lo dijo a su padre, que se quedó pálido. Hasta ahora, se pensaba que las galaxias grandes, como la propia Andrómeda o nuestra querida Vía Láctea, devoraban a sus vecinas de menor tamaño, dejando galaxias enanas como migajas a su alrededor. Disco de galaxias enanas alrededor de Andrómeda. Los astrónomos creían que estas migajas eran independientes unas de otras. Pero no. En la pantalla de la computadora de Neil se veía que las galaxias enanas en torno a Andrómeda se organizan en una gigantesca estructura aplanada que rota sobre sí misma. Además, según explican en la revista “Nature”, este disco se alinea de alguna manera con el polo de la Vía Láctea, sugiriendo un orden en el universo hasta ahora desconocido.“Hace dos años estuve en San Sebastián con unos amigos, muy bonito”, cuenta Neil de primeras por teléfono con naturalidad, como si no acabara de descubrir un nuevo orden en el universo. “No me gusta mucho decir que he tenido suerte, porque suena a superstición, pero de alguna manera es cierto que tuve la suerte de estar en el momento adecuado en el lugar adecuado, nada más”, explica sobre su hallazgo.
ADMIRADOR DE LOS MONTY PYTHON
Neil, nacido en 1997, estudia en la Escuela Internacional Pontonniers, una institución pública que acoge a 1.000 alumnos en un precioso edificio de estilo alemán situado cerca de la catedral de Estrasburgo. Allí estudia inglés y chino. “Por desgracia, nada de español, aunque mi abuelo era boliviano”, lamenta. Toca el piano y sale habitualmente a correr y a montar en bici. Y se parte de risa con los Monty Python . Estos días, Neil asiste a un debate que divide a su país. El actor francés Gérard Depardieu acaba de nacionalizarse ruso tras cambiar su residencia a Bélgica en protesta por la subida de impuestos a los más ricos decretada por el nuevo Gobierno socialista. Como estudiante de una escuela pública, pagada con impuestos, Neil no entiende la postura del hombre que encarnó a Obélix, símbolo de Francia, y ahora es técnicamente un actor ruso. “Me resulta chocante que alguien que ha nacido en Francia y ha aprovechado el sistema francés para llegar a ser lo que es, ahora no quiera contribuir”, sostiene. A Neil le gusta el rap estadounidense, como a muchos chicos de su edad, pero también la ciencia. Quiere ser físico, pero en ningún caso astrofísico, para no hacer lo mismo que su padre. “La ciencia es fascinante, es espectacular. Si a algunos alumnos la ciencia les parece aburrida, la culpa es de los profesores”, afirma. Neil se despide con una pregunta: “¿Te paso con mi padre?”. Rodrigo Ibata coge el teléfono y, en español salpicado de inglés y francés y con un suave acento boliviano, asegura: “Lo que ha hecho Neil no es de genio. Los estudios científicos tienen partes fáciles y partes difíciles. La suya era una parte fácil que se puede hacer perfectamente con las matemáticas propias de su edad”.
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